El trabajo, el deporte, el ocio… Día tras día realizamos multitud de actividades que nos hacen perder energía y nos provocan cansancio. Llevar una vida activa es muy bueno para aprovechar el tiempo, aunque tenemos que saber encontrar un espacio para todo, tanto para el trabajo como para la diversión y también para el descanso.
Muchas personas mantenemos un ritmo de vida frenético, y por ello es importante darle suma importancia al dormir. En muchas ocasiones, tras haber dormido, podemos seguir teniendo sensación de cansancio. No sólo debemos dormir un mínimo de horas diarias, sino que debemos aprovechar esas horas, descansar y recargar energía para el próximo día. Dormir bien es sinónimo de salud, energía y bienestar, y por eso es importante conocer algunos consejos:
Contar con una cama cómoda nos ayudará a dormir mejor. Además de cómoda debe ayudar a mantener una posición adecuada para dormir ya que si no, pueden aparecer dolores cervicales, lumbares y molestias en la espalda. En los últimos años, cada vez más familias optan por dormir en una cama con futon, un colchón tradicional japonés que favorece al buen descanso y al buen dormir.
Mantener un horario regular. Nuestro cuerpo se acostumbra a nuestras rutinas. Manteniendo un horario regular para acostarse y levantarse conseguiremos que el cuerpo, de forma “automática” se prepare para descansar consiguiendo un sueño más profundo y confortable.
Relajarse antes de acostarse. Para dormir de forma efectiva, es bueno que antes de acostarnos realicemos actividades para relajar nuestro cuerpo. Escuchar música tranquila a un volumen bajo, o tomarse un baño caliente con manzanilla son dos opciones para preparar nuestro cuerpo.
Siguiendo esta línea es bueno no realizar actividades estimulantes antes de dormir. Practicar ejercicio antes de acostarse hará que nos cansemos pero también que descansemos menos ya que el deporte estimula y activa nuestro cuerpo, provocándonos un sueño menos profundo. Lo mismo sucede con las cenas pesadas, las bebidas energéticas, el tabaco y el alcohol.
Preparar la habitación antes de acostarse. Es importante que el lugar de descanso esté destinado sólo a ello (no a trabajar, por ejemplo) y debe estar ventilado, silencioso, con ropa de cama cómoda… En definitiva debe tener un ambiente propicio para descansar.
Muchas personas mantenemos un ritmo de vida frenético, y por ello es importante darle suma importancia al dormir. En muchas ocasiones, tras haber dormido, podemos seguir teniendo sensación de cansancio. No sólo debemos dormir un mínimo de horas diarias, sino que debemos aprovechar esas horas, descansar y recargar energía para el próximo día. Dormir bien es sinónimo de salud, energía y bienestar, y por eso es importante conocer algunos consejos:
Contar con una cama cómoda nos ayudará a dormir mejor. Además de cómoda debe ayudar a mantener una posición adecuada para dormir ya que si no, pueden aparecer dolores cervicales, lumbares y molestias en la espalda. En los últimos años, cada vez más familias optan por dormir en una cama con futon, un colchón tradicional japonés que favorece al buen descanso y al buen dormir.
Mantener un horario regular. Nuestro cuerpo se acostumbra a nuestras rutinas. Manteniendo un horario regular para acostarse y levantarse conseguiremos que el cuerpo, de forma “automática” se prepare para descansar consiguiendo un sueño más profundo y confortable.
Relajarse antes de acostarse. Para dormir de forma efectiva, es bueno que antes de acostarnos realicemos actividades para relajar nuestro cuerpo. Escuchar música tranquila a un volumen bajo, o tomarse un baño caliente con manzanilla son dos opciones para preparar nuestro cuerpo.
Siguiendo esta línea es bueno no realizar actividades estimulantes antes de dormir. Practicar ejercicio antes de acostarse hará que nos cansemos pero también que descansemos menos ya que el deporte estimula y activa nuestro cuerpo, provocándonos un sueño menos profundo. Lo mismo sucede con las cenas pesadas, las bebidas energéticas, el tabaco y el alcohol.
Preparar la habitación antes de acostarse. Es importante que el lugar de descanso esté destinado sólo a ello (no a trabajar, por ejemplo) y debe estar ventilado, silencioso, con ropa de cama cómoda… En definitiva debe tener un ambiente propicio para descansar.